Arlene Shechet: Me llamo Arlene Shechet, y soy escultora.
Narrador: Hay dos obras de Shechet en esta exposición hechas en cerámica. Se llaman A Night Out y Y Wabi N.
Arlene Shechet: Lo maravilloso de la cerámica vidriada es que cualquier cosa que coloque en la superficie y haga fundir con fuego se vuelve completamente parte de la estructura de la obra. Es algo especial que tiene este material: fundir algo para que la forma y la superficie sean literalmente una misma cosa.
Una de las cosas que tiene la arcilla es que necesita estar hueca para poder cocerla. Su oquedad me resulta extremadamente atractiva, porque se siente como un vacío alrededor de un aliento, o un vacío que contiene el aliento. A veces, al hacer las primeras piezas, hasta las veía como si fuesen inhalaciones o exhalaciones. Fue en la época en que mi padre tenía insuficiencia cardíaca congestiva. Pasaba días con él, y luego volvía y trabajaba en estas piezas, y tomaba una consciencia dolorosa o sublime, o dolorosa y sublime, de mi capacidad para respirar, y eso era lo que sucedía con los materiales cuando los inflaba o desinflaba como si les diera aliento.
Narrador: A Night Out es una figura azul ubicada encima de dos bloques, uno de los cuales está desalineado respecto del otro.
Arlene Shechet: Siempre pienso, sea la obra que sea, ¿dónde se apoya? ¿Cómo vive en el mundo? La precariedad del ensamble que genero para que esa pieza se pose está muy relacionada con mi propia experiencia de la precariedad de la vida y la muerte, y nuestra posición básica en el mundo del desconocimiento, y de intentar sentir estabilidad en una vida inherentemente inestable.