Breonna Taylor, 2020

Amy Sherald: Cuando pinté a Breonna Taylor en 2020, quería honrarla no sólo como símbolo de injusticia, sino como una mujer que vivió, amó y fue profundamente amada a cambio. La oportunidad llegó a través de Vanity Fair y Ta-Nehisi Coates, en un momento en el que el mundo estaba de luto y exigía responsabilidades. Trabajé a partir de fotografías proporcionadas por su familia, pero también de una selfie muy difundida que encontré en Instagram. Elegí una imagen que capturara su fuerza tranquila y su seguridad en sí misma. El suave azul de su vestido, la delicada posición de sus manos.

Fueron elecciones destinadas a reflejar la gracia y la dignidad que deberían haberla acompañado a lo largo de una vida plena. Mientras pintaba, me encontré pensando en quién era ella más allá de los titulares. Una hija, una compañera, una soñadora. Mirando hacia atrás al movimiento Black Lives Matter de 2020 desde la perspectiva actual, veo este retrato como un homenaje y un llamado a recordar. La obra de la justicia está inconclusa, pero la memoria es algo poderoso. Mi esperanza es que esta pintura ofrezca un espacio para ver a Breonna en su totalidad, para mantener su presencia, honrar su vida y nunca olvidar.