Jonathan Berger, Una introducción al amor sin nombre

Narrator: Para crear la obra Introduction to Nameless Love, Jonathan Berger se inspiró en su amistad con Ellen Cantor. Se hicieron amigos en 2008, y ella falleció en 2013. Al reflexionar sobre su relación, siente con seguridad que esta amistad tuvo la profundidad e intensidad del amor verdadero, que en general son cualidades reservadas para las relaciones románticas.  

Jonathan Berger: Lo que me interesaba era crear un espectáculo que intentara descifrar esto de alguna manera, crear una plataforma para las relaciones excepcionales, pero que también validara a las personas, como los espectadores, y de algún modo les permitiera celebrar las relaciones de su vida que son profundas, transformadoras y que cambian la vida, pero que no necesariamente se adaptan a esa idea de una relación romántica convencional y jerárquica a nivel social.

Muchas personas dicen: “Quiero más a mi perro que a mi esposo”. Y la gente lo entiende. Existe una suerte de fenómeno o una cosa transformadora, eufórica y profunda con las relaciones que no siempre son románticas.

Narrator: Durante el transcurso de seis años, Berger dialogó con seis personas distintas que estaban en relaciones profundas no románticas y transformó las transcripciones en cuentos cortos, cuyo resultado final es una escultura a base de texto. Las tres secciones del proyecto más largo que tenemos en exposición aquí se centran en la fotógrafa Margaret Morton y Maria A. Prado, exresidente de la comunidad de personas sin hogar que se formó en un metro de la ciudad de Nueva York y que se conoce como “El túnel”; el conservacionista de tortugas Richard Ogust; y el escritor y filósofo autista Mark Utter, con su asistente para la comunicación y colaboradora Emily Anderson.