Introducción

Feb 5, 2020

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Introducción

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Narrador: Bienvenidos a Vida Americana: Los muralistas mexicanos rehacen el arte americano, 1925–1945. Esta exposición presenta aproximadamente 200 obras de artistas mexicanos y estadounidenses, incluidas varias reproducciones de destacados proyectos murales realizados en los Estados Unidos y México. En conjunto, estas obras pondrán de manifiesto el grandioso impacto que tuvieron los artistas mexicanos en el desarrollo del arte estadounidense. El estilo claro y comprensible de los pintores mexicanos proporcionó a los estadounidenses un lenguaje visual nuevo y más directo. Ello les permitió abordar cuestiones como las nuevas tecnologías y la productividad. Las desigualdades económicas y los derechos de los trabajadores. La violencia racial y el ascenso del fascismo en los años treinta.

Comenzando a su derecha, tómense un momento para explorar los primeros espacios de exposición. Aquí, podrá apreciar las temáticas y los enfoques que los artistas estadounidenses hallaron tan fascinantes. Gran parte de la imaginería presente en este primer grupo de obras—que hace eco de los murales que los artistas mexicanos pintaron en su país—es pintoresca. Encontrará flores, bailes tradicionales y mujeres y niños con sus trajes folclóricos. Este tipo de temas fueron muy prominentes tras la Revolución mexicana, un violento conflicto que se extendió desde 1910 hasta 1920. Uno de los objetivos principales de la revolución había sido la reforma agraria, que pondría fin a la opresión de una inmensa población rural por parte de unos pocos terratenientes adinerados.

Terminada la guerra, el nuevo gobierno mexicano comenzó a encargar murales públicos. Con frecuencia, los artistas retrataron a los campesinos y sus familias como los héroes de la revolución. Estas obras de arte público ensalzaban las profundas raíces indígenas de la nación, mostrando una relación directa entre la vida rural moderna y aquellas antiguas culturas, como la azteca, maya, olmeca y zapoteca. Desde una perspectiva contemporánea, unas cuantas de estas representaciones están al borde del estereotipo. Otras también presentan imágenes que parecen excesivamente idealizadas, dada la pobreza que asolaba el campo incluso después de la revolución. Sin embargo, los artistas buscaban que sus obras declararan su solidaridad con los campesinos. Y, aunque dichas intenciones no se realizaran de la manera más perfecta, ayudaron a iniciar un movimiento hacia un arte activista que buscaba dialogar directamente con un público más amplio, para abordar temas difíciles e incluso dolorosos y para desatar cambios políticos y sociales.