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Edward Hopper, New York Interior, c. 1921

From The Whitney's Collection: Selections from 1900 to 1965, Where We Are (Spanish)

Apr 28, 2017

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Edward Hopper, New York Interior, c. 1921

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NarradorArtista y crítico de arte Brian O’Doherty.

Brian O’Doherty: Esta obra es New York Interior. Hopper tenía 39 años cuando la pintó, pero tuvo una vida larga y se inició en la pintura tardíamente, con determinación. Al igual que un corredor de maratones, Hopper regulaba su ritmo. Así, New York Interior demuestra lo que me dijo alguna vez: que cada artista tiene un núcleo de originalidad, un núcleo que es su verdadero ser. ¿Y cómo aflora eso en arte? Lo hace en forma de elementos. Se revela en las inquietudes, los temas y los detalles de las pinturas que realiza el artista, incluso de joven.

Narrador: En New York Interior, al igual que en otras obras que pintó a lo largo de su carrera, Hopper presenta detalles selectos, pero no revela a quién o qué ve el observador. 

Brian O’Doherty: Aun así, pareciera que la figura es la de una bailarina. Lleva un vestido con volantes. No obstante, al mirarla con detenimiento, descubro que está cosiendo algo en su regazo con una mano en el aire, como uno recuerda haber visto a la propia madre. Cose, y en la mano—si pudiéramos verla de cerca—quizá sostenga una aguja.

A la derecha hay un mueble característico de Hopper, con un reloj que es poco usual; la presencia del tiempo. A la izquierda aparece otra pintura. Al mirar estos elementos sé que son incidentales y que tendieron a desaparecer en su obra a medida que la visión del pintor adquirió mayor pureza. Un elemento que considero muy poderoso es esa vertical grande y negra que sostiene y contiene a la pieza, y que funciona como una especie de exclamación que ordena: "Miren esta pintura."